Esta guía nace con la intención de proporcionarte toda la información necesaria para conservar bien y durante mucho tiempo los trajes Canali, en la misma perspectiva sostenible y ecológica que adopta la empresa para confeccionarlos. Porque cuanto mayor sea su vida útil, menor será la huella ambiental de quienes los fabrican y poseen.
Una forma de mantener un traje limpio después de cada uso o entre lavados es cepillarlo durante unos segundos. Basta con colgarlo en una percha (evitar las de metal porque se deforman), vaciar los bolsillos y pasar un cepillo de cerdas naturales de arriba a abajo con movimientos firmes pero delicados. Este procedimiento permitirá eliminar el polvo y las impurezas de los tejidos.
Para mantener un traje durante mucho tiempo, se deben evitar lavados demasiado frecuentes. Si se conservan bien, los tejidos Canali son muy duraderos; por otro lado, también son muy preciados y delicados: los lavados repetidos, tanto la limpieza en seco como el lavado a mano (se debe evitar absolutamente la lavadora), corren el riesgo de arruinar las fibras.
Primero, revisa la etiqueta de la prenda y los tipos de lavado permitidos. Los más utilizados son el lavado a mano y la limpieza en seco pero, en ambos casos, se deben tomar algunas precauciones.
La limpieza en seco permite desinfectar la prenda eliminando gérmenes y bacterias. Sin embargo, para este tipo de lavado se utilizan solventes que, con el tiempo, pueden corroer y dañar los tejidos.
Nuestro consejo es limpiar en seco un par de veces al año como máximo.
Al lavar a mano, en cambio, remoja la prenda en un recipiente con abundante agua tibia y productos muy delicados con un pH inferior a 7. La alta alcalinidad podría, de hecho, dañar las fibras.
Para higienizar, también puedes añadir desinfectante Amuchina o una pizca de bicarbonato de sodio. Sin embargo, siempre es bueno preguntar primero por el tejido o la mezcla de éste de tu traje, porque no todos los productos son aptos para ciertas fibras.
Para conservar un traje durante mucho tiempo, recomendamos guardarlo en fundas apropiadas, durante el cambio de estación. Evita las fundas o las perchas fabricadas con materiales no transpirables, ya que, si se utiliza durante mucho tiempo, podrían favorecer la aparición de moho o malos olores. Lo ideal, por tanto, es una funda de fibras transpirables o lona que te permita guardar las prendas en posición vertical sobre una percha de madera.
Una de las mejores maderas es el cedro porque absorbe la humedad, desprende buen aroma y ahuyenta a los insectos. Recomendamos evitar las perchas de metal ya que no tienen sujeción y deforman las prendas.
Finalmente, antes de guardar la prenda, vacía los bolsillos, ya que si permanecen llenos por mucho tiempo, podría modificar la confección de la prenda.
Para concluir esta guía, recordemos que llevar un traje durante varios días es perjudicial para los tejidos. Por lo tanto, para tener un guardarropa sostenible, es necesario mostrar parsimonia: alternar los trajes y no usar el mismo durante más de dos días seguidos resulta ser la mejor solución. En cada cambio de traje, cuelga el que acabas de usar en una percha de madera, cepíllalo como se explicó anteriormente y déjalo airear durante un día entero antes de guardarlo.